De éstas maneras que
la historia ha demostrado revelar a los sujetos y fijar la memoria se nos
presenta rotundamente la nostalgia constante sobre nuestro presente, ese deseo
de huir de futuro y de pasado, del tiempo en el que lo que vemos hoy no debe
alejarse.
De nuestros seres
queridos y lo que significan estas personas, de su presencia y su ausencia
amenazante. La fotografía es desde sus inicios el medio por el cual nos damos
permiso a sentirnos melancólicos.
Repudiado
por su tribu, desprovisto de toda facultad sobrenatural como castigo por su
fidelidad a la vida, decidió refugiarse en aquel rincón del mundo todavía no
descubierto por la muerte, dedicado a la explotación de un laboratorio de daguerrotipia.
José Arcadio Buendía no había oído hablar
nunca de ese invento. Pero cuando se vió a sí mismo y a toda su familia
plasmados en una edad eterna sobre una lamina de metal tornasol, se quedo mudo
de estupor.
Gabriel García Márquez. Cien Años de
Soledad, Bogotá, Editorial la Oveja Negra, 1987, pag 49-50.