Carta al Sumerce, pa´contarle este paisaje:
Pu´Aquí todo se
puso violeta,
Todo se puso
azul, la boca de esta niña y sus dedos en las violetas.
Aquí todo
se llovió, los besos suyos azules y los recuerdos estos profetas.
Por estos
lados todo se aguó, la luz, la tarde y
sus ojos esquivetas.
A este lado la cosa se
puso tinta, vino tinto que ya no calienta.
Por estas
tierras nadie mezcla el colores, se los llevaron en una avioneta.
Nadie lavó
las paletas ¡Queste problema!
Aquí se
fermentó el rojo y se coció el azul, se olvidó la aquella frase y todo se volvió
violeta.
Se
cruzan las patas debajo de las cobijas y yo me voy poniendo más violeta.
Que frio el desabrazo; se ve lejano despegarle de sus cobijas los parpados.
Que lejano
es el tiempo, que seca cae esta tarde.
Que vital mi
fantasía, necesaria la utopía.
*Marzo.
*Marzo.