... y me acuerdo de mi felicidad incompleta.
Un paso cae y cae una de las hojas de este diario.
¿Cómo es que teniéndolo todo no falta nada?
No falta Nada porque está todo y todo abarca hasta los riñones del pasado y los rincones de lo que queda mi alma.
¿Cómo es que no queda, nada, de la felicidad embutida en el armario? Esa felicidad que le hace falta a ésta para que no sea otra alegría, otra frustración, otro momento para el diario en el intento de completarse.
¿Y por qué usted puede llegar a leerlo? Tal vez porque también está usted incompleto.
No es que nos complementemos, es que todos somos felices incompletos.