Y así pasarán nueve meses, con sus lunas llenas anchas de
olas,
Con sus pensamientos lejanos, tan lejos como kilómetros de
agua y tierra.
Así como un sinfín de melodías cuando dormía en su pecho, cálido,
amargo a veces, dulce, muchas tanas.
Así como despertar en sus hombros húmedos aún.
De tantas maneras amado y admirado, este lector que me si me
lee, este hombre que no cabe en las palabras, este recorrido sin pausa hacia mi
destino.
Quien supo admirarme y reconocer en mi su compañera, a él
que hace de mis días un desveldo admirable de delicias y recuerdos, a él que
habita en mi pasado presente y futuro.
A él a quien espero más de cien Penelopes y dos vueltas a este mundo cuadrado.
A este mundo moviéndose en capas, una tras otra, una tras
ella, una tras de ti.
A ti, por ser quien eres, y por hacer de mi quien soy.
Afiliado de mis batallas y mis castillos.
Mundo encumbrado en mi pecho.
Te quiero.