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martes, 25 de septiembre de 2012

LA FOTOGRAFIA EN LOS DEDOS


DESPUÉS DE MIRAR A MIROLSAVI TICHÝ
LA FOTOGRAFIA EN LOS DEDOS
Pensar la profesión de la fotografía como la condena de recordarles a los demás su constante inexistencia, ser su verdugo. Miroslav representa un personaje excluido, un habitante de ningún lugar, como lo es un fotógrafo cualquiera. La persona que dispara la cámara deja de existir detrás de una captura bien lograda, nadie se pregunta quién es el fotógrafo sino quién es el fotografiado, siempre un voyeur  quien mira a través de un lente.
Tras la mirada de la cámara no resultan las escenas capturadas, son re-presentadas de maneras siempre diferentes las realidades visibles. Sí la escena fotografiada es distinta dependiendo de quién hace la toma, la condición de objetualidad también es una huella única. Miroslav toma sus fotografías con cámaras hechas por él mismo: amaradas, pegadas y ensambladas  con la delicada etiqueta de la técnica empírica.
Imprimir sobre la materiales un proceso realmente sensible. Elegir el soporte para el reflejo del tiempo es más que un proceso de laboratorio bien aprendido, llega un momento en que todo empieza a relatar ese detrás de la fotografía.
La fotografía es un objeto porque donde se refleja ella acontece. El termino imprimir significa fijar en el ánimo, superficie y esencia de algo una huella. La fotografía se imprime en una persona.


Todos los derechos reservados sobre el material publicado en este blog.
Claudia Avila ©

domingo, 17 de junio de 2012

La melancolía de las imágenes de archivo perdido.


Al tomar imágenes de archivo perdido la melancolía propia de la fotografía puede ser compartida de una manera abstracta, con esto me refiero a que al ver una fotografía de época hay nostalgia sobre lo que no tuvimos y lo que no conocimos. En general vemos una fotografía de época y nos sentimos tentados a la Herida. Al tomar esa fotografía y rehacerla la melancolía se condensa y crea un puente entre ayer y hoy que subraya que la distancia, no solo entre el fotógrafo y el modelo sino entre lo que definitivamente no puedo ser y lo que soy me carga, apunta y dispara.

Robert Demachy 1909 Portrait of a young woman.

martes, 29 de mayo de 2012

FOTOGRAFÍA para escribir un libro.


De éstas maneras que la historia ha demostrado revelar a los sujetos y fijar la memoria se nos presenta rotundamente la nostalgia constante sobre nuestro presente, ese deseo de huir de futuro y de pasado, del tiempo en el que lo que vemos hoy no debe alejarse.
De nuestros seres queridos y lo que significan estas personas, de su presencia y su ausencia amenazante. La fotografía es desde sus inicios el medio por el cual nos damos permiso a sentirnos melancólicos.

Repudiado por su tribu, desprovisto de toda facultad sobrenatural como castigo por su fidelidad a la vida, decidió refugiarse en aquel rincón del mundo todavía no descubierto por la muerte, dedicado a la explotación de un laboratorio de daguerrotipia. José Arcadio Buendía no había oído hablar  nunca de ese invento. Pero cuando se vió a sí mismo y a toda su familia plasmados en una edad eterna sobre una lamina de metal tornasol, se quedo mudo de estupor.
Gabriel García Márquez. Cien Años de Soledad, Bogotá, Editorial la Oveja Negra, 1987, pag 49-50.

viernes, 27 de enero de 2012

Tres formas de perder la cabeza.

Modo 1.



Motivos para ser una zorra ante alguien popularmente estúpido.



Primero: Tener sentido olfativo normal e identificar los fétidos olores que sus hijos, de los cuales no sabe ni usted, ni su familia, ni mucho menos yo; cuál será el padre.



- Zorra!



…Veamos, Segundo:
Tener la capacidad argumentativa para, por lo menos intentar, hacerle ver que su falta de respeto a las normas mínimas de salubridad y sentido común en sociedad le está abandonando. Claro, evidentemente usted no tuvo tiene ni tendrá – no el dinero- sino la intensión de salir del hoyo oscuro en que su señor Jesucristo le dejó sumida a costa de alguna redención eterna.

- Zorra!

Está bien.
No he logrado cosa alguna, puedo seguir hasta que me de un infarto cerebral o usted consiga el órgano donde pueda sufrir uno de estos ataques.

- Zorra, se nota que es una zorra!

Mi señora. Le trato de decir que es usted la puta zorra.



Modo 2.

Sentir que el smock de la ciudad lo atraca, lo empuja y lo machuca en el pulgar a uno.

Calle 53 a la altura de la carrera 10ma, Bogotá.
Ciudad grosera.
Paradero de bus y mucha gente caminando.
Polvo mugre canecas de basura vacías, andenes congestionados de relojes de cinco pesos para medir el tiempo barato del pueblo cobarde y ramplón.
Hermosa y dichosamente tropezón.
De nada en nada, de error en error.
Catastróficamente alegre y carnavalero. Regodiento.

- Zorra!
A veces algo parece ser un presentimiento y otras solo la seguridad de conocer el sector donde la muerte y la depravación, como en mi cabeza, habitan día noche, lugares en los que no se debe esperar transporte, con dinero a la vista ni intensiones de regresar.



- La maldita zorra me roba! Y dice:
“ Deme la plata, o ¿se va a hacer chuzar por eso?


Muestra un pedazo de vidrio cortado por las buenas intensiones del reciclaje, puntudo y afilado, como para sacar dos bellas tajadas de mi hígado.

¡Pero lo necesito! Para perder la cabeza.
- Zorra! Con licor! Ciudad de Troya!




Modo 3.

- La Zorra ciudad me abre una ventana para ser gente.

La desenfrenada irá de amar a un ser vivo tan humano como le es posible.

La forma de perder la cabeza, finalmente, para evadir las porquerías de estar vivo en medio de esta masa perdedora y maliciosa, para olvidarlo, ignorarlo y ridiculizarlo ante la agradable indigencia de estar a los pies de un imperfecto y por tanto ideal hombre, tan de carne y hueso, tan de viento y alma.

miércoles, 4 de enero de 2012

Carta numero 8 a dos lectores que no leerán.









Cinco totes y una nube de pólvora. Doce totazos.





En el cielo estrellas de colores químicos, fugaces, brillantes; la gente apareció al fondo abrazándose por grupitos y mi abuelita poniendo bolas puntudas en el cielo.









La sensación tabacosa en la garganta recuerda un nudo enredado entre lo que hice, mal,



y lo que deje hacer... menos mal.









Mis lectores de hoy siguen sin leerme pero me escuchan en el roto oscuro de la desconocida y tan anhelada eternidad. Un roto, como el hambre, de la mañana.









Cada día soy un poquito más porque usted muere un poco más,



usted un gato un viejo y un anciano. ¡Aja, cómo no!




Un brindis por las ánimas, al centro de mi alma y pa´ dentro de mí.
Bailamos un Cumbión con vino de uvas y champan. Mañana a desayunar,



comer cenar y cagar -otro año más- acompañando la dicha, la agonía,



la muerte lenta y dispareja y la alegría de enamorarse cada día.
¡Ajá, si señor!









( Puedo estar muy feliz y por eso distingo la tristeza)

Acompañar con: Tango Cambalache cantado por Julio Sosa.
http://www.youtube.com/watch?v=T0kTiKCC3UI