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viernes, 18 de diciembre de 2009



Carta a un lector que no leerá numero 5

Hoy odio este maldito papel, este maldito bolígrafo, este maldito techo, este maldito gato, este maldito dolor, esta maldita tu presencia en mi, esta maldita agonía de saber que sigo perdiéndote, de verte encarnado en mil y un y dos cuerpos que conozco , de esos mil labios que beso tratando de encontrarte, de saber que no eres real, que te sigo imaginando, que tal vez nunca te he tenido ni te tendré, que entre los mil besos que regalé tratando de amarrarte a mi cintura, mil tristezas más soslayaron mi alma, que es tuya, que no tengo, alma que perdí cuando empecé a adorarte.

Me has llevado a tal grado de desgaste y bajeza que aborrezco ver idilios y placeres de juveniles amantes, la sonrisa en sus rostros, su felicidad que desfila ante mí con tal gala que me hundo una y mil y otra vez en mi condena, esa que yo me impuse y propuse, esa que yo ajuste a este cuerpo invadido de desgracia.

Te sigo extrañando en mi pecho, tu respiración agitada cerca de mi cuello, tu voz susurrando el deseo de más, el placer desgarrado que abre mis poros, ansió tener de nuevo tu cuerpo entregado a mi devoradora y hostigante lengua hambrienta de ti, permitirle a tus dedos curiosos buscar en mi cuerpo el camino que nos lleva a la esfera de la muerte en un segundo de éxtasis.

Ahora más que nunca , ahora más que siempre, ahora sueño contigo, despierto y sigo soñándote, en un sueño vivo recordando que tuve la gracia de ver tus labios entre cerrados dispuestos para mi, amantes lascivos que me hicieron adicta, ahora los añoro, los deseo, los suspiro, ahora siguen siendo tuyos.
A cada término de las memorias que están marcadas por tu olor, me propongo olvidar que el sentido y fin de mi vida está en ti y tratando de convencerme me doy cuenta que solo soy un politiquero de pueblo en mi mente, nada me alejará de pensarte como la figura de lo perfecto, lo apolíneo frente a mí que soy un Dionisio, un opuesto que te busca.
Lector que me lees en silencio, pues espero que así sea, lector oculto, lector entre mis ojos, tengamos una tregua, mantén firme tu posición en la aldea de la idea, que allí vivas hermoso y adorado, que allí algún día llegaré, te veré y tendré entre sones y delirios, tu apegado a mi boca y enlazado con mi lengua.

Lector te prometo una vez más, que me darás el goce de leer la cartografía de tu cuerpo.

C. Aracely Avila M. / série de cartas a un lector que no leerá / 2009 / fotografía de Kat Contreras / 2009/ en la imágen. C. Aracely Avila M /

1 comentario:

Natalia Castillo dijo...

Hola, Claudia

Pues como ves, vine a visitarte.

Cada que leo una de esas cartas quedo perturbada (supongo que es la intención...)

Tengo MUCHAS sugerencias, críticas y consejos, no sé que tanto estes dispuesta a escucharlos. De ser así, búscame en la red y Cyber-hablamos.

Cada vez es más fluida la escritua, má, clara, más contundente.
Te felicito y me alegro.

Una fiel lectora, qe siempre te leerá.